Que lo verde, natural y ecológico está de moda es algo que se palpa en el ambiente. Si te fijas en el supermercado o en los grandes almacenes,  todo está lleno de naturaleza: jabones con miel, menta y frutos rojos, con argán y aceites exóticos, flores y frutos por todos los lados. Y sellos. Muchos sellos y avales. Pero ¿qué hay de natural en todo eso? El hecho de que un producto lleve aceites y extractos ¿lo convierte en un producto natural?

Obviamente no. Y llamar ‘cosmética natural’ a  productos que están formulados con ingredientes químicos (como derivados del petróleo, perfumes artificiales o parabanes)  por el hecho de llevar un pequeño porcentaje de extractos de plantas, es lo que se llama Greenwashing o, lo que es lo mismo, lavado verde.

¿Cómo te sentirías si compraras aceite de oliva y luego descubrieras que es aceite de girasol con un pequeño porcentaje de oliva? ¿Estafada? 

Pues en cosmética, este tipo de engaños son constantes. Y, lamentablemente, legales, ya que no hay ninguna legislación en la Unión Europea que defina claramente qué es un cosmético natural o uno ecológico, dejando en manos de las certificadoras privadas,  la regulación de lo que es natural o no. Esto deja un vacío legal por el que el greenwashing campa a sus anchas, siendo muy difícil no caer en sus trampas. 

Como siempre decimos, la forma más efectiva de evitar engaños es aprender a leer la etiqueta. Acontumbrarnos a darle la vuelta al cosmética y buscar la información relevante, es muuy importante. Pero también sabemos que descifrar el INCI (listado de ingredientes) no es sencillo y requiere de algunos conocimientos.

Por eso, hoy compartimos contigo algunos trucos muy sencillos para tener  claro en qué fijarte a la  hora de leer una etiqueta:

1. Haz que tu cosmético hable latín: hay que tener en cuenta que la mayor parte de los principios activos de la cosmética econatural se extraen de las plantas y se añaden en forma de hidrolatos, extractos acuosos o de aceites. En el listado de ingredientes se reconocen por el nombre de la planta en latín, seguido de la palabra “aqua”, “water”, “destilate”, “oil” o “extract”. Es importante saber identificarlos y ver qué lugar ocupan en la lista de ingredientes ya los ingredientes se empiezan a enumerar de mayor a menor  .  De esta forma podremos determinar qué peso tienen en el global de la formulación.

Te pongo un par de ejemplos:

El aceite de oliva aparecerá en la fórmula con su nombre científico Olea europaea fruit oil.

El aceite esencial de lavanda aparecerá en la fórmula con su nombre científico Lavandula angustifolia oil.

2. Sulfatos a raya: Evita aquellos jabones que contengan SLS (Sodium Lauryl Sulfate) o SLES (Sodium Laureth Sulfate) que son agentes surfactantes (responsables de la espuma de un jabón, gel o champú) irritantes y que contienen trazas de ingredientes potencialmente tóxicos como el 1,4 dioxano y el Óxido de Etileno. 

3. Petróleo en la piel ¡no, gracias!: Lo que tampoco debe llevar la cosmética natural son compuestos de síntesis, principalmente derivados del petróleo como parafinas, siliconas, aceites minerales… Los podrás reconocer por nombres como petrolatum, paraffinum liquidum, dimethicone, ozokerite, dimethiconol, ciclopentaxiloxane… Y todas las que acaben en -cone y -xane y -conol. 

4. Huye de los conservantes dañinos: En cosmética natural no está permitido el uso de conservantes artificiales como los parabenos (paraben, methylparaben….). Pero ojo, porque como éstos han sido denostados por sus efectos adversos, han sido sustituido por otros tóxicos nada recomendables como el Phenoxyethanol, Triclosán o el Methylisothiazolinone. 

5. Evita las siglas tanto como puedas: Monoethanolamine, Diethanolamine o Triethanolamine, más conocidas como MEA, DEA y TE. Las DM y DMDM Hydantoin, que son liberadoras de formaldehído, los conservantes BHA y BHT, ingredientes pegilados como los PEG-…

6. Parfum no si no es natural. Bajo la palabra parfum se esconden más de 3.000 sustancias, con gran potencial alérgeno y nada recomendados para pieles sensibles. Si aparece la palabra perfum en el listado de ingredientes  asegúrate que provenga de una fuente natural, como los aceites esenciales. 

7. Lee siempre la composición: Si no puedes leer el INCI de un producto por qué no está colgado en su web o porque está en un retráctil y no en el producto (cosa que es totalmente legal), no lo compres.

Las marcas transparentes, que están orgullosas de sus ingredientes, los muestran todo lo que pueden. Es su bandera. Si te resulta difícil encontrar el listado completo, desconfía. 

..............................................

Si te acostumbras a dar la vuelta al envase para ver el INCI de los productos y consultas todas esas raras palabras poco a poco sabrás comprar productos naturales sin sustancias nocivas.

Otro truco bastante recomendable es comprar cosmética certificada por certificadoras conocidas: bio.inspecta, Cosmos, Natrue...

Si ponemos de ejemplo una etiqueta de nuestra línea de Aceites Corporales, podrás encontrarte con: 

Aceites corporales naturavia

-En los primeros lugares aparecen los aceites vegetales. De primera presión en frío y en su mayoría de procedencia ecológica. Rosa de mosqueta, aceite de oliva, caléndula, sésamo. Si te fijas, todos estos nombres aparecen en latín, porque todos son naturales, extraídos a partir de un planta (en su mayoría, extraídos de los frutos).

-A continuación aparecen los aceites esenciales como la lavanda, la bergamota, el romero, el pomelo... que son ingredientes que se añaden en pequeñas cantidades debido a que son muy concentrados. Aportan grandes propiedades a la piel, además de los maravillosos aromas. Los utilizamos preferentemente de cultivo ecológico. También aparecen en latín, porque también son naturales, extraídos de algunas partes de la planta como las flores, los tallos o  las hojas.

-Por último,  aparecen unos ingredientes como el linalool, limonene, citral o geraniol, con dos asteriscos, que son compuestos de los aceites esenciales. Estos compuestos pueden resultar  alérgenos  y tienen que declararse en la composición de un producto, aunque no sean ingredientes adicionados. 

Si estás empezando en esto de leer el INCI y has mirado webs como Skin Deep de EWG (si no lo haces ya,  te recomendamos encarecidamente que lo hagas), te habrás llevado un buen susto al ver la puntuación de estos ingredientes. Esto es porque son alérgenos. Lo mismo ocurre con los 14 alérgenos alimentarios que deben ser declarados, necesariamente, en un alimento. Entre estos alérgenos están el gluten, los frutos secos, la leche, el marisco, los cacahuetes, la soja o los sulfitos, entre otros. Esto no indica que estos alimentos sean malos, sino que son potenciales alérgenos y las personas con alergias deben saber si los productos que compran llevan o no estos ingredientes. 

Pues con el linalool, limonene, citral o geraniol pasa lo mismo ¡pero no por ello son malos!

En el Aceite Corporal de Caléndula y el Aceite Corporal de Rosa mosqueta, no aparecen estos ingredientes porque no contienen aceites esenciales. Están formulados sin aromas y por este motivo, no aparecen estos alérgenos. 

En Naturavia elaboramos nuestros productos con formulaciones  sencillas, usando como  base ingredientes naturales de origen vegetal y preferentemente de cultivo ecológico. 

Naturavia, productos naturales y ecológicos